Arden las tierras de Castilla ante la desidia de las instituciones autonómicas.
Mientras los gobiernos autonómicos presididos por los fascistas Mañueco y Ayuso pasan el verano al fresquito del aire acondicionado institucional, amplios territorios de Palencia, Zamora, León, El Bierzo y Madrid quedan calcinados por las llamas.
Aquellos que nos gobiernan son los que prenden la mecha de estos incendios: la falta de una prevención planificada, la ausencia de limpieza en los montes de nuestras tierras, la negativa al pleno reconocimiento profesional de los bomberos forestales y su justa remuneración, y la privatización constante de los servicios de extinción de incendios, componen el cóctel perfecto para que las llamas arrasen nuestras tierras. Las altas temperaturas y el viento intenso hacen el resto.
La reserva natural de Las Médulas, en El Bierzo, ha quedado totalmente calcinada, y "Muñeco" se despacha anunciando una dotación de millones para su recuperación. Lo de siempre: declaraciones pomposas que con el tiempo quedan en el olvido, mientras las zonas calcinadas se convierten en campos desérticos perfectamente abonados para la rapiña de las empresas de instalación de granjas fotovoltaicas.
Los incendios no se pueden evitar completamente, pero se pueden prevenir. Sólo hace falta voluntad política para ello y participación social en la gestión de los recursos públicos. Nadie sabe mejor que los propios residentes en las zonas afectadas cómo se pueden prevenir los incendios en el monte.
La prevención y extinción de incendios no puede quedar en manos privadas. Si la extinción es un negocio, ya sabemos quién prende la llama...
¡¡El monte no arde, lo queman!!