23 abril 2024
DÍA
NACIONAL DE CASTILLA
CASTILLA TRABAJADORA CONTRA EL IMPERIO
Presenciamos con horror el genocidio que perpetra el último de los imperios. El estado sionista, herramienta junto con la OTAN, la UE y algunos otros estados voces del amo del mundo, los EE.UU., muestra el precio que sufrirán todos aquellos que osen levantar su voz.
Nada nuevo, por otra parte. A la
matanza de Gaza, sumamos muy cercanamente, la de Irak, Afganistán, Siria,
Libia...podríamos seguir hasta la extenuación. Este Imperio nuevo no es sino el
continuador de los nacidos en occidente, su heredero natural, del francés, del
británico, del alemán del español, del italiano, del belga, del holandés, del
italiano... y sus correspondientes episodios de holocaustos cometidos sobre
Pueblos asiáticos, africanos, americanos… y sobre los propios Pueblos europeos.
El llamado Occidente colectivo a la
hora de someter a cualquiera que se levante en nombre de los derechos populares
ha creado una maquinaria de exterminio, una política del holocausto y una
economía para la guerra.
Ver la matanza sionista contra
Palestina fuera del contexto histórico de la defensa de los intereses del
imperio occidental, es no ver con claridad. Separar al sionismo de las ideas
supremacistas, fascistas, clasistas, racistas, xenófobas, machistas y cualesquiera
que dividen a las personas en las de arriba y las de bajo, es no entender las
causas fundamentales de lo que pasa.
Mirando las cosas desde la
perspectiva de la propiedad privada de los medios de producción y del poder
político que necesita esa propiedad, se nos clarifica bastante el papel de la
represión y la matanza: se trata de arrebatar la propiedad colectiva de los
Pueblos para entregárselos a los amos del Imperio, las grandes empresas y
bancos. A Palestina se le arrebata su Tierra, su propio espacio vital de
existencia. Desde la “cultura” occidental amasada en siglos, sólo hay una
salida: matar indiscriminadamente a sus habitantes. Y si son jóvenes y mujeres,
mejor, se elimina la posibilidad de su reproducción.
Afirmamos que la milenaria lucha de
los Pueblos por su derecho a la existencia social ha sido la lucha por sus
derechos comunales frente a los que querían destruirlos a favor de una clase
ávida de sus propiedades colectivas, para hacer valer su régimen social de
privilegios: esclavista, feudal o capitalista.
Y frente a eso, los Pueblos siempre
se han levantado. Como se levanta Palestina.
Y esa es la marca de un Pueblo, la
de su lucha innegociable contra la usurpación, el saqueo, la explotación, y
cualquier forma de anulación de su voluntad. Esa es la invisibilizada línea que
explica el acontecer histórico: la lucha de lo colectivo popular, su
resistencia contra las fuerzas que trataban de arrebatar sus tierras, los
frutos de su trabajo, su patrimonio material y cultural.
Con la llegada de la propiedad
privada, ha sido una constante esta resistencia. La Humanidad ha sobrevivido
durante centenares de miles de años con formas comunitarias de vida que
procuraron su supervivencia ante terribles situaciones medioambientales. Las
sociedades basadas en la propiedad privada de los medios de producción sólo
tienen unos pocos miles de años y han sido responsables de miles de guerras de
conquista y expolio.
Y nos paramos aquí, en Castilla, que
también somos un Pueblo al que se le arrebata cada día con las nuevas formas
capitalistas de privatización de ese patrimonio colectivo. Empezando con
nuestra memoria. Mintiendo sobre los que somos y lo que fuimos. Un Pueblo
luchador que se levantó por sus formas comunitarias de ser contra el mayor de
los Imperios conocidos hasta entonces, en el siglo XVI, el imperio español de
Carlos V. Y para los que no entienden lo que fue aquel levantamiento: no fue
sino otro episodio de la Humanidad que lucha por su vida comunal contra los
expropiadores.
Tal fue así que pasó a la Historia
como Revolución Comunera. Una revolución que pretendió desgajar Castilla
de su majestad Imperial y crear una suerte de confederación de repúblicas
castellanas donde el común fuera lo primero. Como escribió Juan de la Encina:
«No avia en ella (Castilla en 1520) lugar que no desease estar franco y libre y syn señor y aun syn rrey enperador»
Revolución anti imperial y anti señorial, revolución comunal y democrática.
Hoy ese Imperio español, sigue subsistiendo. El estado español forma parte del Imperio occidental y es cómplice de todas sus guerras y masacres, incluyendo la que se desarrolla en Palestina. Es cómplice de las guerras de la OTAN y de las políticas antipopulares de la UE. Es cómplice de mantener a un régimen nazi, el de Ucrania, perpetuador de matanzas en el Donbass. Y lo que recibe a cambio es poder mantener su propio subsistema imperial donde un puñado de oligarcas explotan a los Pueblos que pudieron mantener encadenados tras las luchas descolonizadoras de los siglos pasados y a los que han podido seguir expoliando gracias a lo que mejor saben hacer en este imperio occidental español: matanzas, represión, golpes de estado y falsa democracia. Y uno de esos Pueblos es el Castellano, el nuestro.
Con lo expuesto, tener una visión antiimperialista e internacionalista, apoyar a los Pueblos que luchan como el Palestino, significa entender el significado histórico de esas luchas e interactuar desde nuestro propio Pueblo oprimido por el sistema Imperial.
Castilla se levantó contra el Imperio, apoyemos como castellanos y castellanas a los Pueblos que luchan contra él, formemos nuestro propio frente de lucha antiimperialista y avancemos en nuestra independencia y el derecho a nuestra vida comunitaria. Hoy como ayer luchemos.
¡VIVA LA REVOLUCIÓN COMUNERA!
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